jueves, 24 de septiembre de 2009

Carta a un viejo amor


Hola viejo amor mio...


Después de tanto tiempo, escribo por fin la carta que una vez me juré escribirte para decirte adios para siempre... solo que antes no podía porque no tuve el valor necesario para afrontar tu recuerdo o para que negar la realidad de que despedirme me dolía demasiado... Talves algunas veces postergamos las cosas por cobardia pero hoy ya no es así.


Antes que nada te queria contar que fuiste un fantasma durante una larga noche a la cual nunca llegaba un amanecer... Hoy puedo confiarte desde lo profundo de mi corazón que te ame como sé que nadie lo hizo y que a pesar de que las cosas no funcionaran entre nosotros todo rencor que hubo alguna vez se escurrio de mi corazón que hoy está sano gracias al amor que sonrie nuevamente para mi.

Fuiste ese único amor, mi verdadero amor... el que nunca se olvida, el primero, el inolvidable... o al menos lo pense asi durante algún tiempo. Aquel día en que nos dijimos adios, perdí un poco de mi vida ya que parte de ella se fué contigo. Me senti parada en un gran vacio gritando por la soledad que me oprimia el pecho, ¿alguna vez viste esas postales en las que hay alguien parado con un paraguas bajo la lluvia disfrutando el paisaje? Bueno mi vida se había convertido en un paisaje eternamente gris y yo estaba bajo la lluvia que caía, pero sin paraguas. Estaba sola, con frio, mojada temblando de miedo... Eras para aquel entonces, ese faro que me guiaba... estaba destruida y veia como la luz de ese faro se apagaba poco a poco dejandome perdida...


Pero a veces la vida nos tiene piedad y es cuando aparece esa persona que te da una mano justo cuando ya no tenías la fuerza para levantarte. Esa persona que te mira y te ve realmente tal cual sos por dentro y por fuera... y lo más raro aún... ¡esa persona es un completo extraño! ¿Quién iba a pensarlo sería de esa manera?


Un extraño, que te quiero contar, volvio a poner luz a mis penumbras... hou dislumbro un nuevo faro delante de mis pasos.
Un extraño, que sin saber porque, cobra cada día más valor en mi vida y por el cual a veces siento que mi dolorido corazón vuelve a sentirse mejor cuando sonrie a pesar del dolor que también lleva encerrado en el pecho, al igual que yo.

Sabes... el otro dia soñe contigo y no me parecio importante y no llore como tantas veces lo he hecho después de soñarte. Cada día estoy convencida que te vuelves lejania. Una que quisiera alcanzar, pero que al mismo tiempo sé que no debo porque no es más que un engaño.

Creo que el tiempo dirá si realmente tú eras mi compañero de vida, pero también el tiempo cura las heridas y esta herida que provocaste comienza a cura de una vez por todas como debe ser y asi es mejor. Creo también, que ya está bien de tanto dolor, porque hoy es ese día que juré comenzar a olvidarte y lo voy a hacer.

Solo queria despedirme y decirte que si algun día llegas a leer esta carta y decides buscarme de una vez por todas como yo lo hice durante algún tiempo, si ves que en mi rostro hay una sonrisa y esta este u algún extraño más, solo me dejes ser feliz.

Este es el momento, creo, para decirte... Adios viejo amor que seas feliz.